Aunque la vida del ahora expresidente de la República Ollanta Humala Tasso dará un giro radical al haber concluido su gobierno, hay algunas condiciones de su etapa de jefe de Estado que mantendrá y que son parte de los derechos adquiridos por haber servido a la Nación.
Su pensión vitalicia será de S/15,600 mensuales. Además, se le asignará un vehículo con chofer y vales de gasolina por S/5000 cada mes, así como un seguro de salud en una entidad prestadora de salud (EPS). Estos últimos son solventados por el Poder Legislativo, según explicó el ex oficial mayor del Congreso José Cevasco.
También, como es tradicional, continuará siendo resguardado por la Policía. Según fuentes de Palacio de Gobierno, serán 14 policías, divididos en dos turnos, los que brindarán seguridad al exmandatario, a su esposa Nadine Heredia y a los tres menores hijos de ambos.
DESPEDIDA. El expresidente Ollanta Humala empezó a despedirse de Palacio de Gobierno hace dos meses. De la Casa de Pizarro, en la cual no vivió en sus cinco años de gobierno, empezó retirando los juguetes de sus hijos. Luego se llevó los regalos que le hicieron autoridades y comunidades. Se necesitaron dos camiones para mudar dichos objetos.
En los últimos días, Humala solo contó con material mínimo en su despacho, según informaron fuentes de Palacio, para culminar la mudanza.
NUEVA VIDA. El excongresista nacionalista Santiago Gastañadui reafirmó que Humala se dedicará a fortalecer al Partido Nacionalista. Esto implicará que viajará por todo el país para crear nuevas bases en la organización, expresó.
Sobre la pensión vitalicia que recibirá Humala, Gastañadui recalcó que el exmandatario solo puede recibir la de excomandante del Ejército o la de expresidente. El presidente tiene que elegir entre una de las dos. Yo escogería la pensión de expresidente. Él tiene carga familiar; además, tiene algunas investigaciones y tiene que contratar abogados, sostuvo Gastañadui.
Por su parte, la psicóloga Nery Nina, coach de Extensión y Proyección Universitaria de la Universidad de San Martín de Porres, explicó que Humala, tras haber concluido su gestión, pasará por un proceso de autoanálisis de su etapa presidencial, en el cual sentirá frustración, tristeza, enojo y rabia, lo cual se asemeja a un proceso de duelo.
Eso conlleva una etapa bastante dura, porque se planteará nuevamente cómo tiene que empezar a manejarse, dijo.
Agregó que ante la pérdida de poder tendrá que tener mucha paciencia con los que lo rodean. Va a pasar un tiempo de adaptación, que va a durar de tres a seis meses, en los que va a sufrir en algunos instantes de querer hacer algo y darse cuenta de que ya no es posible, afirmó.
CORREO.
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