El Papa Francisco aseguró que una comunidad cristiana de pequeño tamaño, como la de Marruecos, no tiene por qué ser insignificante, siempre que sea fiel al Evangelio.
En el encuentro con los sacerdotes, religiosos, consagrados y el Consejo Ecuménico de las Iglesias este domingo 31 de marzo en la catedral de Rabat, en el viaje que está realizando a Marruecos, el Santo Padre señaló que los caminos de la misión no pasan por el proselitismo, que lleva siempre a un callejón sin salida, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás.
Por tanto, el problema no es ser pocos, sino ser insignificantes, convertirse en una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina.
En este sentido, rechazó la idea de que sólo se puede ser significativo si somos la masa y si ocupamos todos los espacios.
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