Débora es la última de seis hermanos. El próximo 19 de julio va a cumplir 15 años y su mayor deseo para ese día es seguir viviendo con un corazón sano. La lucha de Débora empezó en su natal Pucallpa, a los tres meses de nacida. Una respiración muy rápida que parecía una gripe terminó revelando una cardiopatía congénita, la cual, pese a los tratamientos e intervenciones, le sigue causando mucho dolor.
Me duele mucho el pecho, siento como un hincón, una presión muy fuerte que no me deja respirar y hace que me ahogue. Los dedos de mis manos están hinchados y morados, pero lo peor es que me siento tan débil que no puedo caminar; solo espero curarme y que mi corazón esté sano, comenta la jovencita.
Desde hace un mes, Débora está internada en el Instituto de Salud del Niño (ISN) y pronto será operada del corazón. Su madre, Lud Panaico, la acompaña y reza todos los días para que se recupere. A los seis meses de nacida, Débora fue sometida a una cirugía paliativa; entonces no podían operarla porque tenía bajo peso, pero ahora por fin se realizará la cirugía correctora. Esperamos que esta operación sea la definitiva y que el corazón de mi hija por fin esté bien, dice la acongojada madre.
Albeiro, de solo cinco añitos, también tuvo una cardiopatía congénita, pero ya fue operado. El pequeño nació en Villa El Salvador con un soplo en el corazón que escondía una obstrucción en la arteria pulmonar. Tras la cirugía a corazón abierto, hace apenas 15 días, Albeiro ha vuelto a reír, jugar y hacer travesuras, como todo niño de su edad.(Peru21)
Me duele mucho el pecho, siento como un hincón, una presión muy fuerte que no me deja respirar y hace que me ahogue. Los dedos de mis manos están hinchados y morados, pero lo peor es que me siento tan débil que no puedo caminar; solo espero curarme y que mi corazón esté sano, comenta la jovencita.
Desde hace un mes, Débora está internada en el Instituto de Salud del Niño (ISN) y pronto será operada del corazón. Su madre, Lud Panaico, la acompaña y reza todos los días para que se recupere. A los seis meses de nacida, Débora fue sometida a una cirugía paliativa; entonces no podían operarla porque tenía bajo peso, pero ahora por fin se realizará la cirugía correctora. Esperamos que esta operación sea la definitiva y que el corazón de mi hija por fin esté bien, dice la acongojada madre.
Albeiro, de solo cinco añitos, también tuvo una cardiopatía congénita, pero ya fue operado. El pequeño nació en Villa El Salvador con un soplo en el corazón que escondía una obstrucción en la arteria pulmonar. Tras la cirugía a corazón abierto, hace apenas 15 días, Albeiro ha vuelto a reír, jugar y hacer travesuras, como todo niño de su edad.(Peru21)
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