lunes, 1 de abril de 2019

La palabra de Dios nos invita a ser misericordiosos con el prójimo y a encontrarnos con el señor mediante la penitencia



Durante la misa dominical se hizo la lectura del Santo Evangelio de Lucas, donde se recuerdan las palabras de la santa escritura, mediante la parábola del Hijo Pródigo:‘’ Traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. ’’

Es así que este evangelio nos da una lección de la misericordia de Dios, que está representado en la figura del padre, que a pesar de todos los pecados cometidos por el hijo, corre a su encuentro y lo acoge nuevamente en su casa.

En este sentido la palabra del Señor, nos da a conocer que todos somos sus hijos amados y debemos ser misericordiosos con nuestros semejantes, alegrarnos cuando alguien cambia y retorna a buen camino, pues solo así podremos construir un mundo mejor y llamarnos auténticos hijos de Dios.

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