La caravana migrante que salió de Honduras el 13 de octubre con el objetivo de llegar a Estados Unidos se disuelve en la mexicana ciudad de Tijuana, donde miles de centroamericanos quedaron estancados ante la imposibilidad de cruzar en masa la frontera estadounidense para pedir asilo.
Durante más de dos semanas, casi 6.000 migrantes, en su mayoría familias con niños, vivieron a la intemperie o en condiciones de hacinamiento en un albergue que las autoridades de Tijuana improvisaron en un barrio marginal, a unos metros del muro fronterizo.
Pero las fuertes lluvias y bajas temperaturas que golpearon a la ciudad esta semana agravaron las infecciones respiratorias que padecen los centroamericanos, y las autoridades se vieron obligadas a mudarlos a un nuevo albergue, instalado en un aislado centro de espectáculos semitechado.
Hasta el momento, unos 2.000 migrantes se encuentran en el nuevo albergue, dijo a la AFP este domingo Mario Osuna, secretario de Desarrollo Social de Tijuana, una ciudad del noroeste que colinda con la estadounidense San Diego.
Pero numerosos centroamericanos se rehúsan a abandonar el ahora clausurado primer albergue, temiendo que las autoridades los priven de la libertad en el nuevo refugio o los deporten en masa.(Andina)
Durante más de dos semanas, casi 6.000 migrantes, en su mayoría familias con niños, vivieron a la intemperie o en condiciones de hacinamiento en un albergue que las autoridades de Tijuana improvisaron en un barrio marginal, a unos metros del muro fronterizo.
Pero las fuertes lluvias y bajas temperaturas que golpearon a la ciudad esta semana agravaron las infecciones respiratorias que padecen los centroamericanos, y las autoridades se vieron obligadas a mudarlos a un nuevo albergue, instalado en un aislado centro de espectáculos semitechado.
Hasta el momento, unos 2.000 migrantes se encuentran en el nuevo albergue, dijo a la AFP este domingo Mario Osuna, secretario de Desarrollo Social de Tijuana, una ciudad del noroeste que colinda con la estadounidense San Diego.
Pero numerosos centroamericanos se rehúsan a abandonar el ahora clausurado primer albergue, temiendo que las autoridades los priven de la libertad en el nuevo refugio o los deporten en masa.(Andina)
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