Cosecha de agua por chorrera – zona alta de Ilave, sector aymara
PODCAST: Nélida Maquera / Dayane Mayta
Informe en Castellano Informe en Aymara¿Conocen ustedes al Lequecho?, un ave muy cercano al hombre del ande, que pronostica el comportamiento de las lluvias en la zona rural, sobre todo para la campaña agrícola; pues cada mes, la comunidad observa atentamente donde hace su nido esta ave prodigiosa. Por ello los pobladores se interrelacionan con el Lequecho, le cantan y agradecen por sus bondades. Su presencia ayuda a gestionar mejor iniciativas como la siembra y cosecha de agua.
Entonces se preguntarán ¿Qué relación tiene esta ave con el agua y la agricultura?, Onda Azul llegó hasta la comunidad de Checca, en la provincia del Collao, en la región Puno, para conocer esta experiencia. Dialogamos con el ingeniero Claudio Ramos Vera, coordinador local de Puno, sobre el Proyecto Pachayatiña – Pachayachay, que significa (Saber el tiempo, conocer el espacio).
Según, Claudio Ramos, especialista sostiene que, Es un señalero, que su comportamiento en los diferentes pisos ecológicos debe ser observado por el productor y de acuerdo a eso, los productores pueden pronosticar si será un año lluvioso, normal o de secano y eso se observa en el nido del lequecho, si es en el hoyo será un año de sequía, si es en la pampa un año normal y si es en los mogotes será un año de lluvia.
A partir de las señas emitidas por el Lequecho, ¿Qué hace la comunidad para tomar acciones de prevención, para no poner en riesgo la producción agrícola del siguiente año?
El especialista, refiere que Entonces una estrategia para disponer de la escases de agua que hay en la zona rural… los productores ya se comunican en asamblea y están observando su comportamiento del lequecho desde agosto hasta diciembre y de acuerdo a eso, los productores toman las precauciones del caso en la siembra y cosecha de agua y si el lequecho está en zonas hondas o pampas, es un indicador que habrá escasa lluvia por lo tanto deberán de juntar agua.
Según datos estadísticos del Ministerio de desarrollo Agrario y Riego, la región Puno tiene una brecha amplia de más del 95% de tierras cultivables que no son irrigadas, en ese contexto, el Proyecto Pachayatiña se enfocó en trabajar en zonas altas.
Claudio Ramos, explica que Siendo el Sur del altiplano una zona semiárida, donde la disponibilidad del agua es escasa, además de la agricultura específicamente es de secano, los productores necesitan acopiar agua para poder utilizar en los viveros o huertos familiares, los cuales le pueden dar hortalizas para contribuir a la seguridad alimentaria.
Es por esta razón que el Proyecto Pachayatiña, a través del SENAMHI, ha impulsado la recuperación e implementación de estos conocimientos ancestrales y científicos, focalizándose en hogares de las zonas media y alta en la provincia de El Collao – Ilave, con la ayuda de los maestros o yatichiris que lograron interiorizar en las familias aymaras que viven a más de 4200 msnm de la Región Puno.
El principal conocimiento ancestral recuperado es la siembra y cosecha de agua, que consiste en el aprovechamiento de la infraestructura natural ya existente en las zonas altas, como son las cochas, que vienen siendo intervenida para mejorar su sostenibilidad.
Las cochas en las zonas altas de la comunidad de Checca, en la provincia del Collao, son fortalecidas con champas de ichu y otros materiales de la zona, y así evitan la filtración del agua. Es decir, aprovechan al máximo su infraestructura natural para la seguridad hídrica.
Por otro lado, en las zonas más bajas, se acopia y cosecha el agua, en este caso mediante la chorrera. Es decir, un sistema de tubos conectados a las calaminas de la vivienda que luego van a un pozo para juntar el agua.
Según Isabel Gómez Ajahuana, yatichiri del Distrito de Ilave zona aymara, sostiene lo siguiente: “Primero he coordinado con las autoridades pidiendo permiso, no fue fácil, era muy difícil porque teníamos que ganarnos la confianza de las familias para que las hermanas y hermanos focalizados puedan decidir cumplir el proyecto de cosecha de agua y varias actividades”.
Una de las beneficiarias con este proyecto es la familia de Olga Ticona Ticona, que vive en la comunidad de Checca en la provincia collavina. Su actividad económica principal hasta antes del Proyecto Pachayatiña, era la producción de chuño y tunta, alimentos elaborados durante las heladas que llegan alcanzar los -15 grados bajo cero. “Mi nombre es Olga Ticona Ticona, con mi esposo y mis hijos nos dedicamos a la producción de tunta y chuño; pero con el proyecto Pachayatiña hemos mejorado nuestra calidad de vida ya que contamos con un biohuerto que produce mensualmente hortalizas, algunas frutas y vetegales que nos sirve para nuestro consumo y también llevamos productos para vender en las ferias, gracias a la cosecha de agua por chorrera”.
Isabel, como Yatichiri, sensibilizó a las familias sobre los beneficios que traería este proyecto a futuro. En el caso de Olga Ticona y su familia, les oriento a diseñar su propio mapa parlante, es decir como querían ellos verse a futuro, comenta lo siguiente:
“Fui donde la hermana Olga por primera vez, para concientizar a la familia, teníamos que trabajar primero la proyección de un mapa parlante en el presente y el futuro, en eso ellos se han proyectado mejorar su calidad de vida, pensando siempre en la seguridad alimentaria con la cosecha de agua, porque sabemos bien que agua es vida”
Por su parte Olga Ticona sostiene qué: “En mi huerto, hemos plantado todo tipo de verduras como, apio, lechuga, rocoto, hierbas como el orégano, perejil, cilandro hasta ruda. Y de frutas la fresa, aguaymanto, incluso algunos productos los cosecho al mes, eso me sirve para cocinar en mi casa y así ya no gasto mucho en las compras del mercado, además que como sano y natural.
Los objetivos alcanzados en la zona aymara, le permite a Isabel Gómez como Yatichiri sentirse satisfecha por ver que Olga y otras familias de las zonas media y alta de Ilave, mejoren su calidad de vida, tal como plasmaron su futuro en el mapa parlante que ellos mismos diseñaron.
La hermana Olga Ticona, queda satisfecha porque ha cumplido con las actividades del proyecto Pachayatiña, ella ya no tiene mayor gasto en su familia, ya no compra verduras, fertilizantes, pesticidas para fumigar contra plagas y enfermedades, ella ya ha abaratado los gastos por que ella más antes llevaba el dinero al mercado y ahora ya no, sino que ella misma tiene naturalmente sus productos. Ella valora y está satisfecha y quiere compartir también a otros hermanos a que pueden llegar a sentirse mejor y vivir feliz naturalmente en la seguridad alimentaria.
Actualmente los sabios de estas zonas rurales se vienen reuniendo periódicamente, para comentar la comunicación que tuvieron con la naturaleza, acciones que se siguen practicando desde sus ancestros.
Para Claudio Ramos, queda claro que ha formado un grupo palanca, donde voluntariamente los sabios de los cuatro distritos, además de la integración de otras provincias y que también sistemáticamente se viene integrando los productores, cada domingo nos reunimos y ahí hacemos el pronóstico del clima y del tiempo para difundirlo a través de los medios de comunicación. Cada sabio expone el pronóstico de acuerdo a los indicadores en cada periodo que existe.
Con esta experiencia del poblador andino y su comunicación con la naturaleza, queda claro que se mantienen vigentes los conocimientos ancestrales, como el vínculo con el lequecho y otros elementos de la flora y fauna, para el aprovechamiento de la infraestructura natural a fin de garantizar la sostenibilidad hídrica, anticipándose a las futuras adversidades del cambio climático.
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